La mañana se levantó con niebla, de la buena, de la que no hay visibilidad más allá de 50 metros y con 8º de temperatura, bien pertrechados de ropa y con mucho ánimo, partimos a lomos de nuestras bicicletas para nuestra ruta dominguera hacia el pantano de El Vicario.
He de confesar que no tenía mucha fé en que alguno de los que habían dicho de venir, vinieran, pero me equivoqué, se presentaron a la hora en punto y además con mucho ánimo.
Partimos de manera tranquila hacia la Atalaya para desde allí bajar hasta el Puente de Hierro, donde se podía ver la niebla y el frio reinante, las gotas de rocio dan fé de ello.
Llegamos al Peralbillo y cruzamos el rio, bordeándolo de forma tranquila y apaciguada, dando pedales y disfrutando de este deporte.
A veces, aparecen los pinchazos cuando menos te lo esperas y hoy aparecieron, dos años sin un mal pinchazo y hoy en menos de una hora, dos, y en la misma rueda, el primero con cambiar la cámara fue suficiente, pero el segundo, gracias a Carlos que sacó, como suele ser habitual en él, de la chistera, un bote antipinchazos dijo, y que verdad era, le metimos a la rueda el susodicho liquido y "como se puso", dura de verdad, este Carlos......
En definitiva, 42 Kmts de ruta, en buena compañía y con buen ambiente, que hacen que se haga la ruta casi sin darte cuenta.
Una recomendación a todo aquel que quiera oírlo, "Las bicis no se lavan, después de la ruta, se estropean"!!!
El domingo que viene,.......más!!!!