Esta mañana pensaba salir solo con mi bicicleta, ya que mis compañeros de fatigas, por una u otra causa, no pudieron hoy acompañarme, pero por esas casualidades de la vida, me encontré con Miguel Angel, un buen amigo, que hacía tiempo no salía en bici y que decidió unirse a mi para realizar juntos una bonita ruta de domingo.
La mañana, ideal, de esos días especiales, de luz, de color, de temperatura, de viento, de todo, que hacen que salir en bicicleta no suponga ningún esfuerzo y que además vuelvas a casa recompensado con los paisajes vistos y andados.
Partimos en dirección a La Atalaya y bajamos hacia el Puente de Hierro, para dirigirnos desde allí hacia el Santuario de La Encarnación en Carrión de Calatrava y el Castillo de Calatrava La Vieja, para observar reiteradamente como fluye en ese su recorrido el rio Guadiana. Simplemente espectacular. Allí, al borde del Castillo, tiene cortado el camino con esa carrera loca en dirección sur que lleva y que, como nunca antes, habiamos visto.
1 comentario:
Envidia sana me dan las fotos y lugares que no conozco. Un saludo.
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